he tenido un poquito abandonado este espacio..
pero es tiempo de volver a él.
en estos meses han pasado muchas cosas.
ahora tengo un nuevo trabajo, una oficina con dos ventanas que miran a Quito desde el otro lado
y muchas decisiones que se deben tomar cada minuto.
hace muchos años cuando empecé a ser profe
lo único que quería era que todos sepan que delante de ellos estaba un estudiante un poquito más viejo, un poquito más hippie pelilargo, un poquito más travieso.
y que aprendieran.
en algunos casos que escucharan poesía dicha en voz alta por primera vez.
y cuentos
y literatura
y que soñaran
y que, quizás leyeran algún libro…
el tiempo ha pasado…
muchos años, rostros, sonrisas, recuerdos.
hoy el reto es nuevo
pero quiero ser el mismo profe, un poquito más viejo, un poquito más calvo, un poquito más canoso…
pero el mismo profe que empezó a dar clases con una pizarra de tiza de polvo, y ahora debe tomar decisiones.
algunas de ellas duelen, como cuando se debía sancionar un estudiante por un error cometido, y otras son tan lindas como graduar al alumno más molestoso, pero que uno sabía que iba a ser el mejor ser humano que hayamos conocido.
la muerte se ha llevado algunos alumnos, algunos colegas, la muerte siempre la muerte.
hoy quiero tener las sonrisas de todos mis alumnos.
su mirada de asombro con un poema de amor.
su sonrisa.
hay momentos en que mirando la ventana, los veo sentados a lo lejos.
este nuevo trabajo también es para ellos.
gracias por haberme ayudado a ser un profe…