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recuerdo, ismael serrano

«no me atrevo a decir nada, no esoy seguro, aunque esos ojos sin duda son los tuyos, más cargados de nostalgia, quizás, más oscuros, pero creo que eres tú y estás casi igual, tan hermosa como entonces, quizás más, sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad…»

«toma mi mano que tengo miedo del futuro, y detrás de cada huída, estabas tú. En las noches vacías en que regreso solo y malherido todavía me arrepiento de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo. y ahora que te encuentro, veo que aun arde la llama que encendiste, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte. debo decirte algo antes de que te bajes, de este sucio vagón y quede muerto, mirarte a los ojos y tal vez recordarte que antes de rendirnos FUIMOS ETERNOS. me levanto decidido y me acerco a ti y algo en mi pecho se tensa, se rompe. cómo estás cuánto tiempo te acuerdas de mí, y una sonrisa tímida responde, perdone pero creo que se ha equivocado (…)»

microcuento dos

las hormigas caminaban por la línea de mi mano. salían al velador, bajaban por la pata de la derecha. las hormigas se iban llevando la línea de mi mano. al despertar, solo el vacío. todo el futuro vaticinado está viviendo contento, dentro de un hormiguero.

microcuento

amanecí y me encontré menos viejo. el tiempo caminó al revés anoche en mi cuarto. el problema es que en el momento en que iba a descubrirlo, el tiempo iba para atrás, nunca sabré en qué lugar de la historia estoy.

guayaquil a pata

rotonda desde atráspor azares del destino dediqué mi día de ayer a caminar por guayaquil. nunca había tenido la oportunidad, siempre que llegaba por cualquier motivo, alguien siempre me tenía una agenda lista y organizada. ahora dejé que sean mis pies, mi sudor y el calor el que me permita recorrer calles y calles del centro de guayaquil.
primera constatación, es una ciudad gigantesca que te sonríe desde distintos lugares, le jugo de naranja es más barato y las jóvenes que venden colas de a 10 centavos el vaso tienen mejor suerte que los hombres que tienen el mismo negocio.
primera parada: malecón

desde la vista de atrás de la rotonda solo quedaba pensar qué mismo se decidió en esa reunión, y pensar cómo podía funcionarl a política en esos tiempos lejanos en los que quizás la palabra tenía algún sentido.

recorrí el malecón desde el un extremo hasta el otro, acompañado por los amigos guayaquileños de twitter, que me iban direccionando hacia dónde debía tomar. una extraña experiencia 2.0 para conocer ciudades en soledad y no.

de todas formas, mirar hacia el río, hacia más allá de todo, siempre nos deja entrever por qué y cómo las ciudades que tienen esta suerte siempre son bullangueras y bailadoras. nuestro machángara nos provoca cantar pasillos y ron.

entré a una exposición sobre la historia de guayaquil, de la que, honestamente, debí salir antes de llegar a la sección propaganda política, sin embargo algunas cosas me quedaron dando vueltas. guayaquil no tiene todavía la gran novela de piratas que su historia merece…tal vez sea una obligación pendiente…

segunda parada: parque seminario

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imaginarse un parque en el que el tiempo se detiene.

el tiempo cara de iguana

que mira las cosas pasar

los recuerdos pasar

los silencios

y nada le inmuta, nada le sorprende

solo mira

parece que su rostro nos gritara

que solo las iguanas

comprenden todo…

tercera parada: parque centenario

después de recorrer otras calles con nombres conocidos y de tomarme todo el jugo de naranja y agua que alguien vendía cerca mío, llegué a hacer un tambo en el parque centenario. maravillosas contradicciones. un pastor evangélico, supongo, que gritaba a un lado de la plaza, con un verbo impresionante y para quien lo peor que le pudo pasar al mundo era el cigarrillo, la homosexualidad, los aretes, los escotes y los curas (no me acuerdo si ese era el orden, pero el contenido sí). en mi banquita miraba pasar la ciudad, travestis, vendedores de colas, un señor que se sentó a mi lado y que me contó que hace muchos años fue un gran marinero, luego se compró un sánduche de mortadela y queso en pan de dulce, y se durmió. yo estuve a punto de hacer lo mismo. el calor, el predicador que arrullaba. sin embargo, hubo una escena que me despertó. un vendedor de caramelos,m pobre entre los pobres, se acercó donde un vendedor de cola, le pagó los 10 centavos y le pidió que le llevara la bebida a la señora que aocmpañaba al pastor, la pobre, anciana con toda la vida encima, se esta muriendo de sed, el vendedor, hizo su buena obra y se fue. no esperó ni siquiera una mirada de gracias…esas cosas pasan.

penúltima parada

cerca de la medianoche era obligatorio subir las 448 escalinatas que llevan al cerro.

casas de colores, bares, música, y mi corazón que me seguía algunas gradas abajo. sin embargo llegamos, la ciudad desde arriba era bellísima, los sonidos del viento, el cigarrillo cubano para recuperar el aliento, las luces, el vaso de agua, la iglesia.

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parada final: parque histórico

a la mañana siguiente, después de recuperar el cuerpo en el café de tere, (deberían abrir una franquicia en quito), marchamos al parque histórico, en la primera parte es una suerte de zoológico de animales de la zona, muchos en peligro de extinción, de acuerdo a los letreros que se veían.

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así que ese fue mi caminar por guayaquil. hay más fotos si les interesa en http://picasaweb.google.com/rompecabezas24/20091109?authkey=Gv1sRgCLiMkKGnqPGNzwE 

y muchas gracias a los anfitriones, ivanna, fernando, piqui (?), ena y la tota…

tiramisú de limón

acusado que fui de paranoico compulsivo, reconocimiento que hago de dicha acusación de la que hago cargo, como buen paranoico, comparto con ustedes el primer single del nuevo disco de joaquín sabina, se llama tiramisú de limón:

Hice un solo desafinado
con las cenizas del amor
las verbenas del pasado
gangrenan el corazón.

Acórtate la falda nueva
despiértate al oscurecer
túmbate al sol cuando llueva
no desordenes mi taller

Tiramisú de limón
helado de aguardiente
muñequita de salón
tanguita de serpiente.

De madrugada y por la puerta de servicios
me pasabas el hachís
al borde del precipicio
jugábamos a Thelma y Louise

Pero esta noche estrena libertad un preso
desde que no eres mi juez.
Tu vudú ya pincha en hueso,
tu saque se enredó en red.

Tiramisu de limón
helado de aguardiente
puritana de salón
tanguita de serpiente.

Dónde crees que vas
qué te parece que soy
no mires atrás
que ya no estoy.

Pero dónde crees que vas
qué te parece que soy
si miras atrás
mañana es hoy.

Dónde crees que vas
qué te parece que soy
puede que quizás
luego sea hoy.

Nena dónde crees que vas
que te parece que soy
no mires atrás
que ya me voy.

Que sepas que el final no empieza hoy.

barranca grande

ayer les leí a mis estudiantes el cuento «barranca grande» de jorge icaza. uno de sus primeros textos indigenistas, dicen los que saben que es el origen de huasipungo, dicen, que jorge icaza debe ser estudiado por ser el origen de ese estilo literario, dicen que a veces se juega demasiado en lo político, dicen.
ayer les leí «barranca grande» y no pude evitar que más de un lágrima se me saliera al llegar al final del cuento y la sorpresa mayor fue encontrar las mismas lágrimas, de siglos, de tiempo, de siempre, en los ojos de mis estudiantes adolescentes, conmovidos, conmovidas por la palabra.
la magia de la buena literatura, un cuento de 1952 que habla sobre el dolor humano de ser humano, desde el punto de vista indigenista.
realmente me sorprendí por la reacción de todos, por la mía, por la de ellos y ellas, por la del silencio que se hizo en el aula y que se podía guardar en una cajita de pandora, expulsando a todos los recuerdos y anhelos.
un cuento inolvidable, doloroso, honesto, real.
una clase inolvidable.
les dejo el cuento para que lo disfruten, bajo su propio riesgo…
Barranca grande

cuentos de otros

Erase una vez… – José Luis Zárate Herrera
Hachas, sangre, muerte. El cuento de la Caperucita es horrible, y más la versión que se cuentan entre sí los lobos.

descubrimiento adolescente

toda mi vida desdije del uso de auriculares, sin embargo debo confesar que escuchar silvio rodríguez en un Ipod a todo volumen, puede cambiarte la vida.

la mejor definición del amor…

La verdad del amor

La verdad del amor

esta caricatura es de una de mis páginas favoritas, www.dosisdiarias.com, la incluyo como una suerte de homenaje a su autor y como una suerte de homenaje a los caminos insondables del amor…

Los Canallas

Afiche oficial de la película

aparte de la emoción de reconocer a los reconocidos, de oler la ciudad, de escuchar las dudas y los silencios de nuestra gente, de nuesros jóvenes, de nuestros artistas, más allá de eso.

sin pensar con la mente diminuta de decir «vale la pena porque es ecuatoriana», no…la película «Los Canallas», vale la pena porque es buen  cine, cine del mejor, sin importar si es ecuatoriano, checo o austríaco.
uso perfecto de locaciones, de cámaras, una banda sonora que nos llena de recuerdos e invitaciones.

los temas presentados en la película, totalmente cercanos a las crisis de los jóvenes y de las jóvenes de cualquier parte del mundo. la escena de la suicida perpetua, del cafecito que nos devuelve a la cotidinidad, las dudas de la abuela de no saber escoger entre lacan o henri miller, y todas las referencias universales a esa crisis que -los que alguna vez fuimos jóvenes- hemos sentido. las profesiones escogidas para enfrentar a golpes la vida -y que nadie entiende-, los viajes, las migraciones. la ternura de un guardia enamorado del arte, músico y guardia…

el amor para dummies, los que se encuentran, los que se quedan…palabras de una película construida entre tres películas y muchas historias. un logro circular, atrevido, irreverente y bien logrado.

la fotografía en algunas de las historias es perfecta. el uso de los trajes en el momento en que tres personajes deciden «amarrarse» entre los tres y navegan por la laguna de la alameda, es soberbia.

con el corazón comprometido, debo decir que la actuación del argentino, en la imagen en que sale rodando por sus propias ruedas desde el estómago de la basílica, solo para poner a un santo todas las monedas que guarda en una bolsita de plástico, me dejó con el almita estremecida. toda la fuerza de una moneda cayendo en un cajón de madera sin fondo, para pedir un milagro.

vale la pena.

recuperemos la esperanza…