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el tiempo se acomoda detrás de las orejas
entre las canas
entre los latidos desacompasados del corazón
el tiempo mira para atrás y se ríe
y llora un poquito
y se vuelve a reir
el tiempo
se prende fuego como ritual de purificación
y se vuela
se vea lejos
más allá de las montañas
y nos mira
niños corriendo detrás de una pelota de fútbol artesanal
reconstruida sobre una pelota vieja
de cuero cuero
el tiempo nos mira
leyendo textos políticos desde los 12 años,
que todavía no logro descifrar del todo, pero a esa edad
El Capital no tenía secretos
el tiempo
llegamos a los 18
bachilleres
enamorados de todas las mujeres que jamás nos harían caso
prospectos de periodistas
pasar en la universidad 12 horas diarias
escribir poemas en las paredes
estudiar de vez en cuando
querer cambiar el mundo
el tiempo nos mira entrar al aula de clases
sin terno
pelo largo
barba larga
cambiando los rostros de tus primeros alumnos para siempre
el tiempo
nos mira dar clases por más de veinte años
locutar en nuestro propio programa de radio
empezar a trabajar para el estado.
el tiempo nos mira sentados en una oficina
grande
con mirada sobre una ciudad grande
tomando decisiones todos los días
el tiempo mira como late el corazón y cómo hemos ido venciendo a la muerte tantas veces
el tiempo sonríe
solo él lo sabe.
pero sonríe…
el tiempo nos mira.
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